Amazon intenta disipar temores de la UE sobre libros electrónicos
El gigante estadounidense Amazon, que Bruselas investiga por presunto abuso de posición dominante en la comercialización de libros electrónicos, presentó una serie de compromisos para disipar los temores de la UE, anunció este martes la Comisión Europea.
El gigante estadounidense Amazon, que Bruselas investiga por presunto abuso de posición dominante en la comercialización de libros electrónicos, presentó una serie de compromisos para disipar los temores de la UE, anunció este martes la Comisión Europea.
La Comisión había abierto en junio de 2015 una investigación a Amazon, porque temía que algunas de las cláusulas firmadas con los editores impidiesen la competencia y constituyeran un abuso de posición dominante por parte del primer distribuidor de libros electrónicos de Europa.
Las cláusulas en cuestión obligan a las editoriales a infomar a amazon si ofrecen condiciones más favorables o diferentes a sus competidores, en cuyo caso le tienen que acordar condiciones análogas o al menos igual de favorables.
Entre los compromisos presentados, amazon propuso en particular "abstenerse de aplicar" dichas cláusulas e informar a los editores de que la empresa dejará de aplicarlas, explicó este martes la Comisión.
"Nos alegra haber concluido un acuerdo con la Comisión Europea", reaccionó amazon en un comunicado, afirmando que "continuará cooperando" con la UE.
"Los compromisos (de Amazon) se aplicarían durante un periodo de cinco años a los contratos de libros electrónicos y concernirían a todo el Espacio Económico Europeo", precisó la Comisión.
"Las partes interesadas", es decir las empresas competidoras u otros actores del mercado, disponen ahora de un mes para "formular observaciones".
Si tras dichas consultas se decide que los compromisos de amazon dan respuesta al problema, el gigante estadounidense del comercio electrónico se verían obligado a respetarlos pero escaparía a las sanciones.
En caso de incumplimiento, la empresa podría ser sancionada con una multa de hasta el 10% de su cifra de negocio anual en todo el mundo, sin que la Comisión tuviese que "demostrar la existencia de cualquier violación de las reglas de competencia de la UE", precisó.
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