¿CUIDADO CON EL SIMPLE FIGURETISMO?
Ahora que el Dr. Alan García Pérez, se prepara para asumir el poder y las responsabilidades administrativas del Gobierno, gracias a los votos prestados de electores que no somos apristas, se ha generado una coyuntura de expectativas por “alcanzarle”, propuestas para que sean incorporadas en el plan de gobierno del próximo quinquenio.
13 de julio de 2006 » Archivo

Claro que también más de uno quisiera, que aunque las “propuestas” no sean tomadas en cuenta, ellos puedan “marketearse” para tener un “lugarcito” en alguna planilla burocrática, aunque no sea dorada.
No es que la oportunidad sea inadecuada ni que el método sea malo en sí mismo, el problema es que, con este procedimiento se refuerza la conducta de facilismo. Y en esto la responsabilidad de los dirigentes se pone a prueba.
Lo malo es que se siga creyendo que basta con asistir a un par de reuniones, hablar unos cuantos minutos, fotografiarse con las futuras autoridades y formar partes de algunas comisiones o mesas de diálogo y quizá hasta ser ministro, para que los problemas, como por arte de magia desaparezcan.
Lo grave es que se descuida la construcción de la verdadera institucionalidad. No se trabaja para que los ciudadanos y los agentes económicos y productivos, así como los dirigentes tengan conciencia clara de sus obligaciones asociativas.
Reuniones, marchas y todo tipo de manifestación pública, que se utiliza únicamente para la entrega de memoriales y planteamientos que, por lo general, carecen de representatividad social y política, así como de sustento técnico, terminan siendo escandalosos “engaña muchachos”.
En el caso de la micro y pequeña empresa. La responsabilidad de forjar la representatividad asociativa, tiene que ver con que cada empresario participe en diferentes modalidades asociativas a nivel de base, cotizando y asistiendo a sus reuniones. Cada dirigente debe capacitarse para actuar como auténtico líder y hacer que su organización ofrezca los servicios que sus asociados necesitan.
Entonces, las propuestas nacerán desde las bases, con sentido más orgánico y sobre todo con más certidumbre de ser viables. Más aún, serán realmente respetadas por las autoridades y la burocracia. No tendremos que esperar cada cambio de gobierno para hacer conocer las propuestas. El diálogo permanente es lo democrático.
Por: Eduardo Lastra D. (*)
Presidente del Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial, ILADE y Director de Mundo MyPE.