Enfermedades

Enfermedad de manos, pies y boca

La enfermedad de manos, pies y boca es una infección viral altamente contagiosa que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Se llama así porque suele causar lesiones en las manos, los pies y la boca.


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Esta enfermedad es causada por el virus Coxsackie, que pertenece a la familia de los enterovirus. El virus se propaga a través del contacto con las secreciones nasales, la saliva, las heces y las ampollas de una persona infectada.

Los síntomas de la enfermedad de manos, pies y boca suelen aparecer de tres a cinco días después de la exposición al virus. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolor de garganta y malestar general. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer ampollas dolorosas en las manos, los pies y la boca. Las ampollas pueden ser pequeñas y agruparse en racimos, o pueden ser grandes y únicas. Las ampollas en la boca pueden hacer que sea difícil comer y beber. En algunos casos, también pueden aparecer ampollas en otras partes del cuerpo, como las nalgas.

La enfermedad de manos, pies y boca es generalmente una enfermedad leve y se resuelve por sí sola en una o dos semanas. El tratamiento generalmente consiste en aliviar los síntomas, como el dolor y la fiebre, con analgésicos y mantener al niño hidratado. Los padres deben asegurarse de que sus hijos beban suficientes líquidos y coman alimentos blandos y fríos para reducir el dolor en la boca.

Es importante tomar medidas para prevenir la propagación de la enfermedad de manos, pies y boca, especialmente en lugares donde los niños están en estrecho contacto, como guarderías y escuelas. Los padres deben alentar a sus hijos a lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de usar el baño y antes de comer. Los objetos y superficies que están en contacto con la saliva, las heces y las ampollas infectadas deben limpiarse y desinfectarse regularmente.

Aunque la enfermedad de manos, pies y boca es generalmente una enfermedad leve, en casos raros, puede causar complicaciones graves, como meningitis o encefalitis. Los padres deben estar atentos a los síntomas de complicaciones graves, como fiebre alta, dolor de cabeza intenso o rigidez en el cuello, y buscar atención médica de inmediato si sospechan que su hijo podría estar experimentando complicaciones graves.




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