Carnavales en Lima
La ciudad de Lima celebraba carnavales desde remotos tiempos. En los complicados años 20, habían pomposas fiestas de disfraces y carros alegóricos en las calles, ocupados por reinas de belleza.

Reseña:
En las casas de familia, se practicaban el juego de agua o los ataques con pintura de colores, batallas de flores, agua y papel picado y el uso de serpentinas y antifaces.
Esto contrastaba con los juegos más populares de los barrios denominados de ''abajo el puente''. Los alcaldes prohibían los juegos con agua y permitirán solamente el carnaval seco, para tratar de evitar que los más aventados se dieran el placer y la osadía de bañar a una dama delante de todo el mundo. Esto originaba críticas entre los vecinos más eruditos de la ciudad, quienes pedían un poco más de cordura en el carnaval.
Los desmanes del carnaval de los años 30, habían recrudecido con el advenimiento de la ''matachola'', con el cual se golpeaba a la víctima sin piedad. Por ello, las autoridades recomendaban celebrar el carnaval ''sin originar molestias a los vecinos''.
También se celebraba la llegada del Ño Carnavalón, costumbre que desapareció en Lima. Esto se debió a que con el correr de los años, el carnaval en Lima se transformó en un juego solamente de agua, barro, harina y betún, al punto que en épocas del presidente Manuel Prado, se declaró prohibido este juego en las calles, declarando incluso días laborables para los limeños al lunes y martes después del domingo de carnaval.
Luego de algunos años, se volvió a celebrar el carnaval seco y las fiestas de disfraces. Los carnavales retomaron su lujo y esplendor y Lima veía el paso de selectas damas que desfilaban en el corzo mientras la gente les echaba pétalos de flores al pasar, sin que nadie se atreva a lanzar un balde de agua.
Los tiempos fueron cambiando y mientras Lima sobrevivía a la dictadura militar, tanto la aristocracia limeña como los callejones ''de un sólo caño'' encontraron el escenario ideal para imponer nuevamente, la costumbre del juego de agua en las calles.
Actualidad:
En estos tiempos, Lima celebra el carnaval con fiestas al aire libre en clubes sociales o departamentales. Los clubes eligen a sus Reinas de Carnaval y celebran a su vez, las costumbres más típicas de la ciudad, pues Lima es una síntesis de todo lo que es el Perú.
En Lima hay varias instituciones departamentales, provinciales y distritales. En todas y cada y cada una de ellas, vibran las tradiciones de cada ciudad o región del país.
Quien no puede viajar a su tierra de origen, acude al carnaval de un club regional y ahí puede probar el cuy chactado de Cajamarca, el Juane de Rioja, el Rocoto Relleno en el Club Arequipa o el paiche que ofrecen en el Club Loreto. Se pueden ver esporádicos corsos de carnaval con reinas departamentales y reinas de belleza internacionales, que son invitadas a Lima para este evento.
Pero en Lima más es común sorprender a los transeúntes con un ''globazo'' o ''baldazo'' en las calles o en las azoteas de las casas. A la víctima, solamente le queda reírse pues nada se gana en la vida haciendo hígado.
Esto representa algo ''refrescante'' si se tiene en cuenta el verano intenso que alcanza Lima, bordeando ya los 30 grados centígrados. Es necesario aclarar que estos juegos son populares entre los jóvenes, pues las personas adultas no participan activamente, debido a que puede ser molesto para algunas personas que se dirigen a su trabajo y que de pronto reciben algunos litros de agua sobre la ropa.
Por ello es que se prefiere jugar a los carnavales solo los fines de semana, para así evitar malos ratos entre quienes juegan y los vecinos.
En los distritos más populares de la capital, se suelen celebrar yunzas (celebraciones oriundas de la sierra, donde todos danzan alrededor de un árbol lleno de regalos, comiendo y bebiendo en grandes cantidades). En la yunza se juega a quien puede tumbar el árbol, y quien lo logre será el padrino de la actividad del año siguiente.