Órganos gubernamentales, ONGs, celebridades, legisladores y fiscales brasileños se sumaron este miércoles a una campaña contra un proyecto de ley que flexibiliza el proceso de registro de agrotóxicos en el gigante sudamericano, campeón en el consumo de estos productos.
Órganos gubernamentales, ONGs, celebridades, legisladores y fiscales brasileños se sumaron este miércoles a una campaña contra un proyecto de ley que flexibiliza el proceso de registro de agrotóxicos en el gigante sudamericano, campeón en el consumo de estos productos.
La propuesta, que sustituye la palabra "agrotóxico" por "producto fitosanitario" y por "producto de control ambiental", encuentra resistencias inclusive dentro de organismos públicos de vigilancia sanitaria y ambiental que dependen de los ministerios de salud y de Medio Ambiente.
En vísperas de su debate en una comisión de diputados este miércoles, celebridades como la top-model brasileña Gisele Bundchen o la chef Bela Gil -"gurú" de la vida saludable en Brasil- también participaron de la campaña a través de sus redes sociales.
"Basta de veneno en la comida", "Quieren colocar veneno en tu plato", eran algunas de las consignas levantadas por Greenpeace y otras organizaciones, que denuncian el texto como una maniobra de la poderosa bancada ruralista del Congreso para legislar a favor de sus intereses y no de la población.
El proyecto -redactado originalmente por el empresario agrícola y hoy ministro de Agricultura Blairo Maggi cuando era senador- deja en manos de su Ministerio la competencia para otorgar los registros a productores de agrotóxicos, algo que actualmente depende también de las carteras de salud y Medio Ambiente.
Los diputados que apoyan los cambios afirman que la ley que regula el registro y fiscalización de agrotóxicos, de 1989, está desactualizada y no atiende las necesidades del sector.
Para la Agencia nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), encargada de una parte de las evaluaciones toxicológicas, la propuesta "es que no haya más una evaluación y clasificación de productos por las áreas de salud y medio ambiente, sino apenas una 'homologación' de la evaluación realizada por empresas que registran los productos agrotóxicos".
La Fiscalía General también se manifestó contra la propuesta, porque considera que debilita los criterios para prohibir el registro de productos cancerígenos o que provoquen desajustes hormonales.
El texto "flexibiliza el control sobre los productos en detrimento de la salud y el medio ambiente", afirmó el organismo en un comunicado reciente.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) también emitió una nota técnica donde cuestiona varios puntos de la propuesta, entre ellos el cambio en la denominación de "agrotóxicos".
"Es necesario que los agricultores, como principales usuarios (...), reconozcan esos productos más como tóxicos peligrosos, como en realidad son, que como meros insumos agrícolas", afirma el documento del Ibama publicado el 9 de mayo.
"La toxicidad es una característica inherente a la gran mayoría de los productos destinados al control de plagas y enfermedades (...) Así, el término 'agrotóxico' contribuye con esa caracterización", añade el parecer.
Desde 2008, Brasil es el mayor mercado mundial de agrotóxicos, según un estudio de la Asociación Brasileña de salud Colectiva (ABRASCO). El 80% de estos productos se utilizan en la producción de soja, caña de azúcar, maíz y algodón.
Para convertirse en ley, el proyecto debe aún pasar por votaciones en los plenarios de las dos cámaras, según confirmó a la AFP un asesor de la Cámara de Diputados.
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