
Un obrero iraquí de la planta Hend Steel que produce acero fundido en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, el 1 de octubre de 2020

Desde la caída de Sadam Huseín en 2003, las colinas del norte kurdo estaban abandonadas pero gracias al nuevo poder local y a las ganancias del petróleo, los agricultores se habían convertido en funcionarios. Ahora se han quedado sin salario y están regresando a la tierra.
#énergie #Irak #économie #Pétrole #Minorités #Politique #Kurdes
ENCUENTRA MAS FOTONOTICIAS
Este sitio usa imágenes de Depositphotos