El vocativo puede ir en cualquier posición de la oración (al principio, en medio o al final), y se separa del resto con comas, aunque cuando va antepuesto, puede ir seguido de dos puntos.
Ejemplos:
- Ven, Javier, que ya empiezan las noticias en la televisión. (Aquí nos dirigimos a Javier).
- Dígame qué tengo, doctor. (Aquí nos dirigimos al doctor).
- Gracias, amor. (Aquí nos dirigimos a una persona con la palabra amor).
- ¿Qué decías, Juan?. (Aquí nos dirigimos a Juan haciéndole una pregunta).
- Mamá, quiero chorizo.(Aquí nos dirigimos a nuestra madre pidiéndole chorizo).
- Sí, señor. (Aquí nos dirigimos a una autoridad superior).
También, cuando el vocativo expresa desagrado, ofensa o rechazo, se emplea a veces la palabra so como refuerzo.
Ejemplo:
- ¡No hagas eso, so tonto, que lo vas a romper!
Cuando también se formula expresiones afectivas que van precedidas de mi.
Ejemplo:
- Repíteme, mi cielo, lo mucho que me amas.
Se usa además en el ámbito militar, cuando un inferior se dirige a un superior.
Ejemplo:
Algunas palabras se emplean de forma preferencial en plural en los vocativos.
Ejemplo:
- Venid ya, niños.
- Están invitados, amigos.