Desde Río de Janeiro (AFP)

La ONU alerta impacto severo en pobres con congelación de gasto público en Brasil

La propuesta de enmienda a la Constitución de Brasil que prevé la congelación de los gastos públicos durante 20 años tendrá un impacto severo en los pobres, advirtió este viernes Naciones Unidas.

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El presidente de Brasil Michel Temer durante una ceremonia en el Palacio Planalto el 7 de diciembre de 2016 en Brasilia - AFP/AFP
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La propuesta de enmienda a la Constitución de Brasil que prevé la congelación de los gastos públicos durante 20 años tendrá un impacto "severo" en los pobres, advirtió este viernes Naciones Unidas.

Si se adopta, esta medida insignia del gobierno de Michel Temer para relanzar la economía "bloqueará los gastos en niveles inapropiados y rápidamente decrecientes en materia de sanidad, educación y seguridad social", aseguró en un comunicado Philip Alson, relator especial de la ONU para la pobreza extrema y los derechos humanos.

"Esto hará que toda una generación futura reciba una protección social muy por detrás de los niveles actuales", lamenta Alson.

El relator estima también que esta reforma de la Constitución, conocida como "PEC 55" y que también debe votarse en segunda lectura el martes por el Senado para ser adoptada definitivamente, agravará las desigualdades sociales.

"Es una medida radical, desprovista de cualquier matiz y compasión. Afectará con mucha más fuerza a los brasileños más pobres y vulnerables, aumentando los niveles de desigualdad en una sociedad ya extremadamente desigual, mostrando que, para Brasil, los derechos sociales no serán la prioridad a lo largo de los próximos 20 años", subraya Alson.

El hecho de que Temer asumiera sus funciones tras la controvertida destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff "genera preocupaciones aún mayores", puesto que el jefe de estado actual presentó un programa electoral, apunta el relator.

La enmienda pretende imponer durante 20 años un techo a los gastos públicos del estado federal de Brasil, que no podrá incrementarse a un nivel mayor del de la inflación anual, ni siquiera para educación ni sanidad.

El gobierno conservador de Temer la considera fundamental para controlar la espiral inflacionista y permitir relanzar la economía brasileña, sumida en una recesión histórica desde 2015.




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