El laboratorio público japonés Riken anunció este viernes la interrupción de las investigaciones sobre las células STAP, a falta de resultados concluyentes, poniendo fin a una saga que ha durado casi un año y con el penoso fracaso de una joven científica, considerada prometedora.
El laboratorio público japonés Riken anunció este viernes la interrupción de las investigaciones sobre las células STAP, a falta de resultados concluyentes, poniendo fin a una saga que ha durado casi un año y con el penoso fracaso de una joven científica, considerada prometedora.
"No hemos podido reproducir el fenómeno de las células STAP y decidimos interrumpir los trabajos", explicó un responsable del laboratorio Riken en una rueda de prensa.
En enero, la treintañera Haruko Obokata, directora de una unidad de investigación del Riken en Kobe (oeste), había publicado en la revista científica Nature dos artículos que explicaban la creación de células STAP, un descubrimiento que fue recibido como extraordinario.
De haber sido exitoso, el método descrito por Obokata habría significado un logro excepcional para la medicina regenerativa, puesto que permitiría recrear partes de órganos o de tejidos dañados por enfermedades o en accidentes.
Pero, a continuación, diversos científicos plantearon sus dudas, lo cual llevó al Riken a abrir una investigación. La comisión concluyó que se falsearon pruebas y cuestionó el conjunto de los elementos presentados, así como la existencia misma de células STAP.
La investigadora defendió sin éxito sus conclusiones. Y, finalmente, Nature, con el consentimiento de la interesada y la aprobación de los trece coautores, acabó retirando a principios de julio los artículos en cuestión.
Finalmente, este viernes, el laboratorio, que había optado por continuar con las investigaciones, comunicó su decisión definitiva.
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