Había visto al hombre de la limpieza en varias ocasiones. Era alto, con el pelo moreno, cincuentón, ¿pero cómo iba a saber su nombre? Entregué la hoja, dejando la última pregunta sin contestar.
Antes del final de la clase, un alumno preguntó si se contaba la última pregunta en la nota final del test. ─Por supuesto que sí. ─dijo el profesor ─En sus vidas profesionales conoceran a muchas personas. Todas son importantes. Merecen su atención y preocupación, aun si solo les sonríen y les dicen "hola".
Nunca he olvidado aquella lección. También aprendí que se llamaba Doroteo.